El Virus del Papiloma Humano (VPH o HPV) pertenece a una familia de virus que afecta frecuentemente a los seres humanos, tanto a hombres como a mujeres.
Existen alrededor de 100 tipos de VPH, de los cuales 40 afectan a las zonas genital y anal.
Existen alrededor de 100 tipos de VPH, de los cuales 40 afectan a las zonas genital y anal.
Se dividen en 2 grandes grupos:
El VPH se transmite por contacto sexual.
Es un virus de fácil contagio, y es muy habitual su aparición. Se estima que 4 de cada 5 personas (es decir, el 80% de la población) van a contraer uno o varios de los tipos de VPH en algún momento de sus vidas; en este punto radica la importancia de tomar medidas de prevención posibles para evitarlos. La utilización correcta del preservativo ayuda a reducir el riesgo de infección aunque no lo elimina del todo (ya que el virus puede alojarse en puntos ajenos a la zona protegida por el preservativo).
Aun así, se aconseja siempre el uso del preservativo ya que también permite prevenir otras infecciones de transmisión sexual (como por ejemplo el VIH).
Aún no existen tratamientos que curen este virus. Las que se tratan son las manifestaciones que los VPH pueden provocar, como las verrugas o las lesiones.
Existen diferentes tipos de tratamiento, según el tipo de lesión.
Las lesiones en el cuello del útero se pueden detectar a través del Papanicolaou (PAP) durante controles médicos ginecológicos.
El PAP es una prueba sencilla que no produce dolor y dura sólo unos minutos.
Se recomienda que se realicen un PAP todas las mujeres a partir de los 25 años, especialmente aquellas entre 35 y 64 años. Si durante dos años seguidos el resultado del PAP dio negativo, se recomienda hacer un PAP cada tres años.
El PAP es realizado por numerosos profesionales de cartilla habilitados a tal práctica, en centros de salud y en hospitales de todo el país. La Escuela Ginecológica Argentina tiene una amplia experiencia en el seguimiento y control femenino gracias a esta metodología diagnóstica.Si bien la vacuna para VPH es un medio que se suma al control del cáncer de cuello de útero, es importante tener en cuenta que no reemplaza la realización por un profesional médico de un adecuado y periódico examen ginecológico.
Fuente: Ministerio de Salud
- Los VPH denominados de bajo riesgo oncogénico, que generalmente se asocian a lesiones benignas, como las verrugas y otras de bajo grado.
- Los VPH denominados de alto riesgo oncogénico. Son alrededor de 15 y, entre ellos, los más comunes son los subtipos 16 y 18. Estos tipos de VPH también pueden producir verrugas, pero se asocian fundamentalmente a las lesiones precancerosas, que son las que podrían evolucionar en forma paulatina a un cáncer.
Transmisión
El VPH se transmite por contacto sexual.
Es un virus de fácil contagio, y es muy habitual su aparición. Se estima que 4 de cada 5 personas (es decir, el 80% de la población) van a contraer uno o varios de los tipos de VPH en algún momento de sus vidas; en este punto radica la importancia de tomar medidas de prevención posibles para evitarlos. La utilización correcta del preservativo ayuda a reducir el riesgo de infección aunque no lo elimina del todo (ya que el virus puede alojarse en puntos ajenos a la zona protegida por el preservativo).
Aun así, se aconseja siempre el uso del preservativo ya que también permite prevenir otras infecciones de transmisión sexual (como por ejemplo el VIH).
Tratamiento de Lesiones
Aún no existen tratamientos que curen este virus. Las que se tratan son las manifestaciones que los VPH pueden provocar, como las verrugas o las lesiones.
Existen diferentes tipos de tratamiento, según el tipo de lesión.
Vacunas
En la actualidad, hay dos disponibles en el mercado:
- Una de ellas previene la infección por los 2 subtipos de VPH que causan la mayoría de los casos de cáncer de cuello de útero (el 16 y el 18).
- La otra vacuna evita la infección tanto por los subtipos 16 y 18, como también por los 6 y 11, que causan verrugas genitales.
En el país se ha incorporado a partir de octubre de 2011 al Calendario Oficial la vacuna que protege contra los virus 16 y 18. Se aplica en niñas de 11 años.
OSADEF incluye, dentro de sus servicios de salud, la cobertura de esta vacuna para sus asociadas en la edad indicada.
OSADEF incluye, dentro de sus servicios de salud, la cobertura de esta vacuna para sus asociadas en la edad indicada.
Diagnóstico para prevenir lesiones
Las lesiones en el cuello del útero se pueden detectar a través del Papanicolaou (PAP) durante controles médicos ginecológicos.
El PAP es una prueba sencilla que no produce dolor y dura sólo unos minutos.
Se recomienda que se realicen un PAP todas las mujeres a partir de los 25 años, especialmente aquellas entre 35 y 64 años. Si durante dos años seguidos el resultado del PAP dio negativo, se recomienda hacer un PAP cada tres años.
El PAP es realizado por numerosos profesionales de cartilla habilitados a tal práctica, en centros de salud y en hospitales de todo el país. La Escuela Ginecológica Argentina tiene una amplia experiencia en el seguimiento y control femenino gracias a esta metodología diagnóstica.Si bien la vacuna para VPH es un medio que se suma al control del cáncer de cuello de útero, es importante tener en cuenta que no reemplaza la realización por un profesional médico de un adecuado y periódico examen ginecológico.
Fuente: Ministerio de Salud